A inicios de los 80, existía
en Medellín un personaje muy acaudalado que hizo parte de esa historia complicada del narcotráfico en Colombia (por respeto al informante y al autor de quien se tomó la referencia de esta historia, no se revelará el
nombre del personaje). Dicho individuo era lugarteniente de Pablo Escobar y tenía una deuda pendiente que cobrarle a Larry Landa, el empresario artístico que invitó a Héctor Lavoe a
vivir una temporada en Cali.
Para saldar dicha deuda, el
'comerciante' (entiéndase, mafioso de acá en adelante) le pidió a Larry Landa una
orquesta para amenizar la fiesta de Año Nuevo de su famila. Así, ambos hombres, acordaron enviar a Héctor Lavoe a Medellín para que actuara en dicho
evento.
Músicos de Héctor Lavoe ( Harry D' Aguilar, Eddie "Bongó" Torres, Frankie "Nene" Morales y Gilberto "Pulpo" Colón Jr.) con Don Ismael Rivera en el Aeropuerto Internacional Olaya Herrera de Medellín |
La finca donde se realizaría
la fiesta privada (sólo para familiares y muy pocos invitados) pertenecía al
'comerciante' y estaba ubicada por los lados de La Tablaza, en el municipio de
La Estrella, pegado a Medellín, a unos 800 metros de la carretera a Caldas,
lugar que ahora está en manos de una entidad contra la drogadicción pues la
hicieron extinción de dominio.
El 'comerciante' y su familia
estaban acostumbrados, cada año, el 31 de diciembre, a hacer una fiesta
elegante con buena comida y grupos de música tropical. Ese mismo día, por la mañana, Héctor
Lavoe llegó a Medellín con algunos músicos boricuas y caleños y se instalaron
en el Hotel Intercontinental, con ellos iba Don Ismael Rivera, que había
llegado a Colombia para participar en el Festival Internacional de Soneros que realizaba La Feria de Cali.
Héctor Lavoe en la piscina del Hotel Intercontinental |
Héctor Lavoe y Gerard Carelli en la piscina del Hotel Intercontinental |
La fiesta empezó temprano, casi a las ocho de la noche. El primero en presentarse fue Lisandro Meza, artista favorito de la familia. En vista de que Lavoe no llegaba, Lisandro, a pedido del dueño de la finca, tuvo que alargar su presentación, después cantó Vicentico Valdés y también tuvo que extender su actuación. Dieron las diez de la noche y Héctor no llegaba, situación que llevó a creer al 'comerciante' que Landa lo había timado.
Como a las once de la noche
aparecieron en una buseta de la época Héctor Lavoe, Ismael Rivera y los demás
músicos. Héctor iba intoxicado y en estado lamentable. Antes de iniciar su
show, se acercó al 'comerciante' y le exigió que le diera unas dosis de
droga y ahí empezaron los problemas.
El dueño de la finca se negó
pues entre los invitados estaban sus hijos pequeños y otros niños que eran
hijos de sus invitados, sin embargo, a pesar de la negativa, 'El Cantante de los
Cantantes' arrancó su presentación con un popurrí de éxitos que popularizó con Willie Colón, pero nadie bailaba, porque los invitados y los parientes al
parecer gustaban muy poco de la salsa.
Gilberto "Pulpo" Colón Jr (extremo derecho) con varios músicos más en la piscina del Hotel Intercontinental |
Esa noche "El Sonero Mayor' no
cantó sus temas, pues no tenía repertorio preparado con Héctor Lavoe, por eso sólo se
limitó a apoyar en los coros. Escasamente tres parejas se
atrevieron a bailar y Héctor Lavoe estaba furioso por ello. A duras penas,
terminó el primer set de su presentación y fue nuevamente a reclamar por el
vicio. El dueño de la finca se incomodó y le exigió que respetara, que había niños a los que estaba asustando con su actitud.
Todavía más disgustado, Lavoe
regresó a la tarima y siguió cantando, pero se le notaba el desgano. Ahí las
cosas se complicaron y el 'comerciante' paró todo, llamó a un lado al contacto
de Larry Landa que los había llevado y le dijo que para evitar que las cosas
pasaran a mayores, que se fueran inmediatamente de su finca y que no les iba a
dar un peso, porque esa presentación ya estaba pagada por Landa.
Don Ismael y los demás músicos
trataron de calmar las cosas y disolver el pequeño conato de pelea que se había
formado, pero la presentación finalmente fue suspendida y el comerciante, muy
enojado, les negó el transporte para que regresaran al hotel, entonces todos se
fueron a pie hasta la carretera y ahí tomaron varios taxis y regresaron al Intercontinental.
No hubo disparos, ni amenazas
con armas, ni nada de las exageraciones que están por ahí en otros blogs, diarios e incluso citados en
libros. Todos regresaron al hotel y prefirieron no hablar del bochornoso incidente.
Algunos años después de este incidente, un domingo al medio día, saliendo de la Catedral Metropolitana de Medellín, un sicario, por órdenes de Pablo Escobar, disparó contra el 'comerciante' y lo mató, al parecer éste había traicionado a su patrón y deshonrado al cartel al que pertenecía.
Fuente: Libro "Medellín Tiene Su Salsa" y "Héctor Lavoe, La Voz Del Barrio" de Sergio Santana / Fuente anónima.