A finales de
1972, el conguero Ray Barretto interrumpe las grabaciones de su producción
"Que Viva La Música" (1972), para iniciar una corta gira promocional
de jazz con el famoso pianista y compositor brasileño Eumir Deodato con quien
colabora tocando las congas en su exitoso álbum "Preludio".
Durante ese
tiempo, Barretto dejó su orquesta en stand by para atender otros compromisos
musicales, entonces varios de sus músicos aprovecharon la pausa para trabajar cada
uno como freelance acompañando a otras agrupaciones o incluso tocando ellos
solos en algunos clubes.
Por eso días,
un club nocturno llamado "And Vinnies" ubicado en New York ofrecía un
espectáculo de descargas para las cuales contrató a un grupo de músicos de la
orquesta de Barretto, quienes tuvieron gran aceptación entre el público, lo que
se vio reflejado en la buena paga que recibieron.
Al retornar
Barretto de su viaje, recibió un ultimátum de los cinco músicos que habían
participado en las sesiones de descargas, quienes le solicitaron un aumento en
su salario, de lo contario dejarían su banda, Ray pensó que solo era una forma
de hacer presión por lo que no tomó tan en serio la solicitud y reanudó de
inmediato las grabaciones de su disco "Que Viva La Música".
Semanas
después, cuando la banda retomó su calendario de presentaciones, el quinteto de
músicos reclamantes compuesto por Adalberto Santiago (vocalista), Orestes
Vilató (timbalero), René López (trompetista), Dave Pérez (bajista) y Johnny “Dandy”
Rodríguez (bongosero), le comunicaron a Ray Barretto su decisión de renunciar a
la orquesta y emprender un nuevo proyecto musical por su cuenta.
Así, el mismo
día que salió al mercado "Que Viva La Música", los músicos
anteriormente mencionados, recogieron sus cosas y abandonaron la orquesta,
hecho que golpeó profundamente a su director Ray Barretto.
La agrupación
del conguero era una de las más requeridas en New York ya que contaba con
instrumentistas talentosos que se entendían muy bien musicalmente, por esta razón,
la noticia de la renuncia de cinco de ellos considerados pilares de la banda,
rápidamente hizo eco en el ambiente musical.
Barretto tomó
este hecho como traición e ingratitud, entonces para reponerse del trastazo,
hizo una pausa obligada en la salsa mientras buscaba reorganizar su orquesta y
durante este tiempo desarrolló un proyecto de jazz titulado "The Other
Road" (1973). Una vez repuesto y con sed de revancha, empezó a organizar
su banda.
Por esos
días, los músicos que abandonaron la orquesta de Ray Barretto sorprendieron a
todos al anunciar la creación de su propio conjunto al que llamaron La Típica
73 e ingresaron con fuerza al mercado de la salsa.
Barretto por
su parte, y casi a la par, empezó negociaciones con un nuevo vocalista llamado
Carlos Santos, un talentoso cantante que venía de la orquesta de Joey Pastrana,
sin embargo, no lograron ponerse de acuerdo del todo, entonces se sumaron dos
cantantes más a las audiciones: Héctor Casanova y un joven sonero llamado
Roberto Romero Caballero conocido como “Tito Allen” quien finalmente se queda
con la vacante.
Así, Ray
Barretto con “sangre nueva” (entiéndase nuevos integrantes), lanza al mercado
su producción "Indestructible" (1973) considerada por muchos como su
retorno triunfal a la salsa, en la que colaboran Edy Martínez, pianista y
arreglista, Julio Romero, contrabajista, el gran Héctor Lavoe, Meñique, Willie
Colón y Felo Barrios en los coros. Además refuerza su sección de vientos con
Roberto Rodríguez, Joseph Román y Manny Duran (trompetas) y Art Webb (flauta).
Mientras que en los timbales Ray Romero reemplazó a Orestes Vilató y Tony
Fuentes llega a la banda para sustituir a Johnny “Dandy” Rodríguez en el bongó.
Pronto, Ray
Barretto con su orquesta ya reorganizada, reactivó su agenda de presentaciones,
pero para su sorpresa, la Típica 73, empezó a presentarse en los mismos lugares
donde Barretto también tenía contrato para tocar, provocando que los dueños de
los clubes cancelaran a su banda y le dieran los contratos a la orquesta recién
formada.
Ante este
hecho “El Rey De Las Manos Duras” estalló en rabia y a manera de represalia le
solicitó a Jerry Masucci y Johnny Pacheco que expulsaran de la Fania All-Stars
a Orestes Vilató o de lo contrario él renunciaría. Días después los ejecutivos
de Fania le comunicarían a Vilató, que por disposición interna sería
reemplazado por Nicky Marrero.
Ray Barretto
era un hombre muy sensible y emocional, se sentía traicionado y herido por
quienes consideraba como miembros de su familia, por ello, contrario a lo que
se piensa, eventualmente, sí logró hacer las paces con los músicos que se
fueron de su banda, tal es el caso de Adalberto Santiago quien más tarde vuelve
a la orquesta y Orestes Vilató quien fue mandado a buscar por el mismo Ray
Barretto para tocar los timbales en el concierto realizado en el Beacon Theatre
en 1976 que después saldría publicado en los discos “Tomorrow: Barretto Live”
(1976) y “Gracias” (1978).
Según Vilató,
cuando fue a visitar a Barretto en su lecho de enfermo, el conguero le pidió
disculpas nuevamente por solicitar que lo echaran de Fania All -Stars,
seguidamente refirió que entendía que ellos (refiriéndose a él y a los otros
cuatro músicos) hayan renunciado a su banda por buscar mejoras económicas.
Lo cierto es
que sin esa “fuga masiva” los salseros no hubiéramos disfrutado de los grandes
éxitos de la Típica 73, ni tampoco del genial álbum "Indestructible" (1973), uno de los mejores trabajos de la
salsa de la década de los 70.
Historia basada en entrevista realizada a Orestes Vilató concedida para este blog en septiembre del 2019.
Historia basada en entrevista realizada a Orestes Vilató concedida para este blog en septiembre del 2019.