A
inicios de los 70, la escena social estadounidense estuvo dominada por la
guerra de Vietnam y el nacimiento de varios movimientos contestatarios que
abogaban por la igualdad, la justicia y la defensa los derechos humanos y
civiles.
En
medio de toda esa turbulencia colectiva se encontraba Eddie Palmieri y su orquesta
dando rienda suelta a su rebeldía social con una propuesta musical arrolladora.
Pero la rebeldía de Palmieri no sólo se reflejó en su música, también se
manifestó en su decisión de llevar el sonido de su agrupación a escenarios
atípicos y polémicos que llamaran la atención de las autoridades.
Para
inicios de 1972, Eddie Palmieri ya había actuado en algunas instituciones
penitenciarias entre ellas la correccional de Louisville y las cárceles
neoyorquinas de Attica y Rikers Island, sin embargo, el pianista quería algo
más.
Eddie Palmieri y su orquesta con Ismael Quintana y todas sus estrellas. Riker es una isla Prisión en New York. Palmieri hizo varios conciertos en prisiones por la época de los 70.
Por
esos días, un buen amigo de Eddie Palmieri se encontraba recluido en la
siniestra e histórica Sing Sing Correctional Facility o también llamada la
cárcel de Sing Sing, infamemente famosa por la reputación de sus presos y por
sus ejecuciones con sillas eléctricas. Fue en ese instante cuando nació la idea
de realizar una presentación sin precedentes en dicha institución.
La
agrupación de Palmieri no sólo era la orquesta predilecta de los hispanos
también recibía el favor de las mayorías afroamericanas que transitaban por el
mundo de los bailes latinos y, justamente, en esa época la población carcelaria
de Sing Sing estaba compuesta en su mayoría por hispanos y afroamericanos, así
que el escenario era perfecto.
No obstante, no era sencillo realizar un concierto en una prisión de máxima seguridad como la temida cárcel de Sing Sing. Sin embargo, a solicitud del mismo Eddie Palmieri y con la coordinación de la disquera Roulette Records y la administración de la cárcel, la presentación se llevó a cabo el miércoles 12 de abril de 1972. Para entonces, Palmieri asistió acompañado por un grupo de coristas afroamericanos llamados "Harlem River Drive" y una magnifica plana de músicos, entre ellos Ray Maldonado, Nicky Marrero, José Rodríguez, su hermano Charlie Palmieri, el vocalista Ismael Quintana, el joven poeta radical boricua Felipe Luciano, entre otros. Luciano fue el primero en salir a escena con la intención de "calentar" al público, que rápidamente se identificó con su lírica rebelde y social. Finalizado el acto, se abrieron las cortinas del auditorio y apareció en escena la orquesta liderada por Eddie Palmieri y todo se descontroló.
Aquel
día, el éxtasis frenético se apoderó de los vocalistas y los músicos. Los
hermanos Palmieri, al borde de la locura, manifestaron libre y espontáneamente
con su música una explosión rítmica que, entre acordes y melodías, encerraba un
fuerte sentimiento de inconformidad social que enardeció al público y lo
cautivó esa noche.
La
presentación fue grabada en vivo y posteriormente se lanzó al mercado en dos
volúmenes de discos de vinilo con el título "Eddie Palmieri Recorded Live
at Sing Sing", ambos trabajos capturaron el desenfreno vivido aquella
noche en el auditorio de la perversa cárcel Sing Sing.