Contrario
a la creencia popular, Ismael Rivera no hizo tanto dinero como se piensa, no
llegó a ser rico. Murió en la austeridad, sin posibilidades de explotar su
canto porque había perdido su herramienta de trabajo, por lo tanto perdió una
de las cosas que mejor sabía hacer: Cantar.
Incluso
pocos meses antes de morir, se sometió a una operación en sus cuerdas vocales,
preocupado por su situación económica, porque necesitaba generar ingresos. De
hecho optó por llevar una vida más austera, fue así que se mudó a vivir con su
madre en la Calle Calma, el lugar donde había nacido, El Rey Maelo estaba
pensando en volver...
Todas
las mañanas salía a trotar y a hacer algo de ejercicios en la playa, también
practicaba su respiración y algunos ejercicios de calentamiento vocal. Sus
amigos más cercanos preparaban, mientras tanto, un concierto de reaparición en
el coliseo “Roberto Clemente” para darle a su familia una momentánea
estabilidad económica. Sin embargo, la muerte lo sorprendió el miércoles 13 de
Mayo de 1987, el día de la virgen María. Su corazón dejó de latir estando en
brazos de su madre. Nadie gozó el día de su muerte, aunque sí hubo mucha música
el día de su entierro, tal como Ismael Rivera lo quería ¡Un entierro a la
moda!.
Sus seguidores (maelistas y maeleros) bebieron durante dos días y
lo recordaron como "El Sonero Mayor". Lo velaron en el
Instituto Puertorriqueño de Cultura y lo enterraron en el Cementerio de Villa
Palmera en San Juan, precisamente donde está su compadre como para recobrar la
llave que Cortijo se llevó.