Al filo del año 1973, el
pianista Larry Harlow recuperaba su protagonismo en la escena musical. La
salida de su entonces cantante, Ismael Miranda, había hecho tambalear su
orquesta. Sin embargo, con la llegada de Junior González, por recomendación del
propio Miranda, la agrupación comenzó a recuperar su sitial. González encajaba
como tuerca en la máquina musical del "Judío Maravilloso".
Ese año, en pleno auge de la
salsa y ya consolidado como pianista de Fania All Stars, Harlow sorprendió a
todos al realizar la primera ópera prima en la historia de la salsa:
"Hommy: A Latin Opera". Posteriormente, lanzó al mercado la
producción "Salsa", ambas con excelentes comentarios.
Para entonces, la legendaria
cárcel de Sing Sing había dejado de usar la siniestra silla eléctrica para
realizar sus ejecuciones y, como forma de contrarrestar un nefasto pasado,
habían decidido realizar jornadas culturales. Así que teniendo como precedente el
genial concierto realizado un año antes por la orquesta de Eddie Palmieri, se
coordinó para que Harlow y su agrupación actuaran en la prisión.
Vista de la cárcel de Sing Sing |
Harlow, todo un visionario,
armó su plana musical y trabajó una producción histórica y magistral, experimentando
con formatos rítmicos en los que juntó la potencia del sonido de trombones y
trompetas con violines, pero manteniendo el clásico sabor de los conjuntos y
sin dejar de sonar moderno. Los temas seleccionados para la presentación fueron
en su mayoría composiciones de su ídolo el cubano Arsenio Rodríguez. De esa
forma, el espectáculo garantizaba desde sus inicios un gran trabajo orquestal, cargado
de swing y energía.
La actuación de aquella tarde
del 16 de enero de 1974 arrancó con el clásico "Señor Sereno",
inicialmente interpretado por Ismael Miranda pero esta vez cantado magistralmente
por Junior González.
De ahí en adelante los asistentes vibraron con el solo académico de timbal de Nicky Marrero; el poderoso swing de la sección de vientos compuesto por Reynaldo Jorge, Ralph Castrella y Charlie Miller; el piano frenético de Larry Harlow; la percusión intensa y brillante de Pablito Rosario en el bongó; Tony Jiménez en las congas; y el sabroso solo de bajo y violín ejecutado por "Guagua" Rivera y Lewis Kahn, respectivamente.
Larry Harlow descargando en el piano |
La voz privilegiada de Justo
Betancourt, apoyada en el coro por Adalberto Santiago, representó una mezcla de
la clásica Cuba zurcida a la salsa dura neoyorquina afianzada a principios de
los años 1970, una combinación que hizo delirar a la audiencia desde las
primeras notas musicales.
La legendaria prisión de Nueva
York volvió a ser testigo del poderío de la salsa. El imponente acorde de la
orquesta de Harlow quedó grabado con sonido cuadrafónico en el álbum doble
"Live in Quad" (1974), considerado el primer disco de salsa en ser
grabado en este formato con exquisita nitidez.
La carátula fue creada
por el artista puertorriqueño Charlie Rosario, quien diseñó la tapa sobre
láminas de cobre y aluminio donde talla la cara del pianista sobre la cabeza
del diablo. Es la única carátula de la salsa creada en este material. El elepé
se distribuyó en el mercado con una réplica de esta carátula realizada en
cartón. El original de esta obra de arte lo guarda celosamente Larry Harlow, lo
que hace especial a esta producción que este año cumplió 45 años de
lanzamiento.
Contraportada del disco 'Live In Quad' (1974) tallada sobre láminas de cobre y aluminio |
Parte interna del disco 'Live In Quad' (1974) en la que se representa a toda la orquesta de Larry Harlow |