Corría
el año de 1942 y Cuba era azotaba por una epidemia de tuberculosis pulmonar que
dejó centenares de personas fallecidas. Por esos días, todo aquel que se
contagiaba moriría irremediablemente, ya que no existía cura alguna para esta
terrible enfermedad.
El
compositor Pedro Junco Jr., para entonces, tenía apenas 22 años y una novia
hermosa con la que vivía un romance intenso y con la que planeaba casarse a
escondidas de la familia de la muchacha que consideraba pecado la fama de
bohemio que tenía el cantautor.
Pedro
llevaba un tiempo sintiéndose mal, pero negaba la posibilidad de tener
tuberculosis, pues sabía que, de padecer este mal, moriría, así que guardó
silencio y evitó a los médicos. La mañana del 27 de septiembre de 1942 el
compositor fue ingresado de emergencia a la clínica "Damas de la
Covadonga", horas después se le diagnosticó tuberculosis pulmonar en etapa
terminal. Para entonces, y a pesar del diagnóstico, el compositor mantenía un
buen semblante, sin embargo, tenía la certeza de que moriría pronto debido a
esta terrible enfermedad.
Junco,
temiendo contagiar a su amada, tomó un lápiz y un papel y empezó a escribir una
carta de despedida donde rompía con la joven. Debido a la intensidad de las
palabras emitidas en la nota, el compositor decidió inmortalizar la misiva
convirtiéndola en una canción que incluso tiene fragmentos como si de una
conversación se tratara: "Atiéndeme, quiero decirte algo, que quizás no
esperes, doloroso tal vez".
Pocos
meses después, exactamente la noche del 25 de abril de 1943, el compositor
Pedro Junco murió a la corta edad de 23 años, dejándonos uno de los boleros más
desgarradores que se haya escrito en el cancionero romántico de nuestra música
latina, el mismo que refleja el sentimiento de desesperación del amante que ve
su amor truncado debido a la fatalidad.