LA HISTORIA DE 'LAS CARAS LINDAS'

Tite Curet Alonso, compositor de "Las Caras Lindas"
Cuando "Tite" Curet Alonso compuso en 1977 el tema "Las Caras Lindas" para Ismael Rivera, no reparó en exaltar el sufrimiento, pero también la hermosura y las virtudes de la raza negra. Por eso, plasmó todo el dolor de la pobreza, el racismo y la dignidad nacionalista africana en la que sería una de las composiciones más completas y contundentes del cancionero de la salsa. 

Un año después de su creación, "El Sonero Mayor" le pondría la voz y la incluiría en su álbum social llamado "Esto Sí Es Lo Mío" (1978), convirtiéndose en una de sus canciones más emblemáticas y en la que más se dignifica a la raza afrocaribeña de la que él es embajador.

Cuenta Roberto Roena que cuando Ismael Rivera fue al estudio de grabación a ponerle la voz al tema, quedó impactado con el solo de tres que había dejado grabado Mario Hernández, entonces pidió que le repitieran varias veces esa parte para escucharla detenidamente.

Cuando terminó de analizar el fragmento musical, se volvió hacia donde estaba sentado Javier Vázquez y le dijo emocionado "Óyeme!, ahí Mario me está diciendo algo, yo lo siento, yo sé que él me está hablando" y de inmediato le ordenó al técnico realizar una nueva grabación donde él pudiera cantar en paralelo al sonido del tres.

Cuentan que esa mañana, Don Ismael, de una sola pasada, sin repetir nada y sin temerle al error, soltó de golpe un soneo improvisado, repitiendo palabras que ni siquiera había escrito previamente, adaptándolas de tal manera que estas sonaran similar al sonido del tres de Hernández.

Tiempo después, cuando el álbum salió al mercado, Maelo le hizo escuchar a "Tite" Curet la versión final impresa en el vinilo y el compositor se echó a llorar como un niño lleno de emoción, entonces Maelo lo abrazó y le dijo "Si yo llego a saber esto, no te la grabo".

Así quedó inmortalizado el tema, con esa impresionante habilidad que tenía "El Sonero Mayor" para "leer" los solos de los músicos e improvisar de manera elocuente y auténtica sobre sus líneas con el sabor y maña que lo caracterizaban.